INTERIOR SIN CARGO
1-809-200-8863
SANTO DOMINGO
809-908-6000

Una tradición dulce y sostenible

Innovación y responsabilidad ambiental, ingredientes esenciales de Helados Bon, se funden en iniciativas a favor del cuidado de la tierra. Sustituirán 18 millones de cucharitas para eliminar 25 toneladas de plástico.

¿Le has visto el rostro a la felicidad? Seguro que sí. Si lo piensas bien, coincidirás en reconocer que es el de un niño con un helado en la mano. Y si buscamos en la memoria de algún domingo caluroso, todos encontraremos una imagen de nuestra propia historia; los más pequeños apenas alcanzan el mostrador y ya se les ve la emoción pintada en la cara. Estamos hablando de la tradición Bon, que durante cuarenta y siete años ha estado en la vida cotidiana de los niños y los no tan niños, acompañando dulcemente los momentos familiares.

“Bon ha sabido ser parte de la vida de los dominicanos y lo ha hecho asumiendo la responsabilidad de aportar no solo al bienestar familiar sino al país”, comenta su gerente general, Luis Fernando Enciso. Tradición e innovación han sido las fuerzas motoras de esta empresa cuya combinación procura alimentar el orgullo dominicano siendo responsable con el ambiente y amable con la tierra.

“¡Bienvenidos! ¿Ya probaron el sabor de temporada?”. Es el saludo que reciben los clientes en cada heladería del país. Este ritual de servicio, que implica brindar una degustación de los nuevos sabores a cada visitante, hoy se transforma para convertirse en una oportunidad de educación y de reducción de impacto ambiental.

Mensualmente, más de 3 millones de cucharitas plásticas de un solo uso pasaban de la mano del cliente en el mostrador al zafacón de la basura. Plásticos suficientes para trazar una línea de cucharitas de… ¡150 km cada mes! Hoy la empresa sustituye la cucharita plástica de la cata en las tiendas por una de cartón, con lo que la convierte en herramienta de educación ambiental. “Nuestros invitados, además de degustar los nuevos sabores, también reciben una explicación del porqué del cambio y una invitación a ser ambientalmente responsables”, agrega Carolina Pantaleón, directora de mercadeo.

La razón de ser de esta acción es clara: No se puede hablar de sostenibilidad ambiental sin apostar a una reducción del consumo de los empaques y el plástico.

Por ello, como parte de una estrategia que permea todos los procesos de fabricación y de venta en las tiendas, Helados Bon ha puesto la mira en la identificación de iniciativas de impacto ambiental. La reducción en 80% de consumo de empaques y de plástico en las heladerías es una de las metas de la empresa, lo que significa cambiar los envases (las pintas), las cucharas, los sorbetes. Calcula que logrará un ahorro de 18.6 millones de cucharitas al año, lo que significa 25 toneladas de plásticos menos. Pero no es la única iniciativa.

“La empresa cuenta con una matriz de sostenibilidad con iniciativas claras, indicadores y sistema de seguimiento. Es parte de un modelo de trabajo estructurado, que permea todos los niveles de la empresa -indica Enciso-. Identificamos oportunidades, definimos las iniciativas, las convertimos en proyectos y ese es nuestro Norte. La transformación de la cucharita no está desconectada de todo el modelo, sino que es parte de este, consecuencia natural del ADN de la empresa”.

Cuando apoyar el medio ambiente es un tema accesorio, al final se corre el riesgo de dejar rezagadas las metas ambientales. “En Helados Bon no podemos hacerlo porque el cuidado ambiental está en la esencia de nuestra marca y lo ha estado desde su fundación: es un tema de coherencia y consistencia”, agrega. Es por ello por lo que se promueve y se premia que las personas Bon asuman la responsabilidad ambiental tanto en su trabajo como en su voluntariado.

Una cultura de innovación continua supone un ambiente que invita a retar los procesos: estamos hablando de una empresa empeñada en promover que sus equipos miren más allá de lo que siempre se ha hecho, identifiquen mejoras, y les ofrece todo un sistema de captación y sistematización de iniciativas. El resultado ha sido que la empresa tiene hoy 1,063 ideas registradas en 4 años, equivalentes a 216 ideas nuevas cada año. Cerca de una tercera parte son de sostenibilidad y eco-operacionales.

Al fin y al cabo, en Bon la apuesta parece tan clara como el agua: la sostenibilidad ambiental sí que es rentable.

Más que helados

“No estamos aquí solo para vender helados. Tenemos una responsabilidad clara con el país, consecuencia de nuestro amor por esta tierra”. Carolina Pantaleón aporta algunos ejemplos en los que Bon expresa su estrategia ambiental:

  • Loma Quita Espuela. En acciones de voluntariado, la empresa ha sembrado más de un millón de árboles. También se han realizado trabajos con la comunidad en desarrollo de capacidades para crear conciencia del cuidado de su entorno, desarrollando ecoturismo y agricultura responsable.
  • Educación ambiental. 20 mil niños y jóvenes y 76 instituciones con educación ambiental a través de metodología lúdica
  • Innovación en desarrollo de sabores criollos. Como Bachata Mix, Amor de Conuco, Habichuelas con dulce, Uva de Neiba y otros helados de temporada que se producen gracias al involucramiento de proveedores locales y el desarrollo de capacidades en las comunidades más alejadas del país.
  • Ideas de Innovación: Los colaboradores Bon han presentado a la empresa 1,063 ideas equivalentes a 216 ideas anuales. 30% son de sostenibilidad y eco-operacionales
  • Producción responsable. La empresa ha introducido innovaciones de procesos con el objetivo de reducir el impacto ambiental. El resultado ha sido la reducción del 25% en el consumo de energía eléctrica y de 24% en el consumo de agua.